¿Y si prueba trabajando y no trabando?
El termino fue utilizado por el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, en distintas oportunidades para referirse a la división entre el precio de la carne que se consume en mercado interno, o en “la mesa de los argentinos”, y los valores de los cortes que se venden al exterior.
El funcionario utiliza este argumento con el objetivo de “garantizar precios accesibles en las góndolas del país”, pero para el sector agropecuario no es más que una declaración intervencionista de los mercados, no solo de la carne, sino también del trigo, el maíz, la leche, y otros productos.
Silvio Montenegro, uno de los integrantes de la Asociación Argentina de Productores Autoconvocados (AAPA), publicó una carta abierta al funcionario donde expresó su malestar por la presión impositiva hacia el sector y explicó que con lo que se les quita a los productores en impuestos se puede alimentar todos los días a 84,68 millones de personas.
Montenegro es productor ganadero e ingeniero agrónomo en la localidad de Chabás, provincia de Santa Fe, y apuntó que es necesario “trabajar y no trabar la economía”.
Párrafos destacados de la carta del productor santafesino a Feletti:
“Hace pocos días el Secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, dijo que había que desacoplar los precios internos de los internacionales para que la mesa de los argentinos esté abastecida a precios accesibles. Por otro lado, un trabajo del periodista agropecuario y analista granario, Carlos Etchepare, mostraba que del total de la cosecha argentina de trigo, maíz y soja los productores recibimos, solo, el 35% de su valor (17.932 millones de dólares), mientras que el Estado se queda, solo en concepto de derechos de exportación, diferencial cambiario e intervención de mercados, con el 65% restante (32.867 millones de dólares) sobre un valor total de 50.799 millones de dólares”.
“Con ese 35% hay que ser Mandrake para cumplir con “todos y todas”, mientras que para el Estado es un ingreso neto porque lo recibe en el puerto libre de todo gasto y envuelto para regalo”.
“Esto sería para el caso de que todo se exportara, pero no todo se exporta, aunque a nosotros, los productores agropecuarios, los descuentos se nos hacen igual cuando vendemos al mercado interno, solo que en vez de ir al Estado va a los distintos eslabones de la cadena, pudiendo llegar o no al consumidor”.
Un productor rural le escribió una carta abierta a Roberto Feletti: “¿Y si prueba trabajando y no trabando?”
“Como productor ganadero puedo decir que para la carne la situación es bastante parecida porque sobre una producción de 3 millones de toneladas de carne los productores recibimos el 46% (5268 millones de dólares), y entre el Estado y los distintos eslabones de la cadena cárnica se quedan con el 56% restante (6413 millones de dólares) sobre un total de 11.453 millones de dólares”.
“Solamente con lo que nos quita el Estado en concepto de derechos de exportación, diferencial cambiario e intervención de mercados en trigo, maíz, soja y carne vacuna (faltan todo el resto de actividades agropecuarias) se pueden alimentar todos los días a 84,68 millones de personas”.