Los impuestos encarecen casi la mitad de las facturas de luz y gas
La eliminación parcial y progresiva de subsidios pusieron en el centro de la escena a las facturas de servicios públicos, pero el debate se enfocó principalmente en el costo de las tarifas. Ahora, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) analizó el valor de las boletas desde otro punto de vista: el peso que la carga tributaria tiene sobre lo que pagan los argentinos por la luz, el agua y el gas.
Para llevar a cabo la investigación, el organismo utilizó facturas disponibles tanto de la Capital Federal como de ciudades del interior. En el primer caso, la carga tributaria se reduce a dos niveles de gobierno, pero los segundos deben enfrentar obligaciones nacionales, provinciales y municipales.
A nivel país, aparecen el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el impuesto a los débitos y créditos bancarios (Cheque). A nivel provincial, se cobra el impuesto sobre los Ingresos Brutos (IIBB) y a nivel municipal, aparecen las tasas de Inspección, Seguridad e Higiene (TISH). Además se tienen en cuenta otros tributos indirectos que tienen el carácter de “tributos indirectos específicos”.
De acuerdo al estudio, en Capital Federal el peso tributario indirecto sobre el valor neto de una factura de luz es del 32%, lo que implica que, al consumo neto de un ciudadano (compuesto por cargos fijos y consumo por kWh), se le carga un 32% de tributos indirectos. Dicho de otra forma, los impuestos encarecen un 32,1% lo que deben pagar los porteños por la electricidad.
Así, si el valor neto de la boleta de luz es de $2.000, por ejemplo, se le deberán sumar $642 más en concepto de impuestos. El 65,4% de esa carga tributaria -es decir $419,8 del total de $640- se debe al IVA, un impuesto nacional, el 19,9% ($127,7) en concepto de “contribución municipal”, el 11,7% ($75,11) por Ingresos Brutos (también de orden local) y el 3,1% ($19,4) por impuesto al cheque (Nación).
De esta manera, en una boleta de $2.642 el consumo neto es responsable de $2.000 (75,7% del total) y los impuestos explican los $642 restantes (24,3% del valor total resultante). A su vez, 68,4% de la carga fiscal va a las arcas del gobierno nacional y 31,6% a las del Gobierno de la Ciudad.
Para el ciudadano que vive en el interior del país, la carga sobre el consumo neto de energía eléctrica tiene un peso del 47,9%. Volviendo al ejemplo anterior, si el consumo da un valor de $2.000, los ciudadanos del interior deben pagar sobre eso un 47,9% más, es decir $958 “extra”.
La mayor parte de esta carga indirecta está explicada por el IVA, que representa el 43,8% de la incidencia total ($419,6 de los $958), y por el tributo provincial específico, que pondera el 21,9% del total ($209,8). A eso se suman otros cinco impuestos (tributo municipal específico, alumbrado público, TISH, IBB y Cheque), que en forma conjunta explican los $328,6 restantes).
De esta manera, sobre una factura final de $2.958, el componente neto del consumo termina representando el 67,6% de la boleta y los impuestos el 32,4% restante, aunque -a diferencia de CABA- en estos casos el impuesto de las cargas provinciales y municipales es bastante mayor que en el caso de CABA.
Qué pasa con el agua. En Capital Federal, el peso tributario que se aplica sobre el valor neto del servicio del agua, que depende del cargo fijo y del consumo por metros cúbicos y/o la ubicación del inmueble, es del 27,5%. En una factura con un consumo neto de $2.000, entonces, se deberían pagar $550 más en concepto de impuestos.
De esta carga, el 76,3% está representada por el IVA ($419,6 de los $550); los Ingresos Brutos explican $74,8 y los otros $55,6 se dividen entre Cheque y tributos específicos.
En la factura final de $2.550, el 78,4% será entonces producto del consumo en sí y el 21,6% será por la carga tributaria.
Por su parte, un ciudadano del interior está pagando, por encima del valor de su consumo, en promedio, un 40,7% más, lo que significa que, sobre una boleta de agua con un consumo neto de $2.000, se deben abonar $814 más por la carga tributaria.
En ese caso, el 51,6% de la incidencia total está representada por el IVA ($420 de los $814 que se pagan de impuestos) y el 39,3% por el tributo municipal específico ($319,9). Entre el TISH, el tributo provincial específico y el Cheque explican los otros $74,10.
En la factura final, que en el ejemplo mencionado será de $2.814, el consumo representará un 71,1% del monto a pagar y los impuestos el 28,9%.
Las boletas de gas. Empezó el invierno y en esta época las facturas de gas se vuelven una preocupación para los argentinos. Por eso, es importante analizar qué peso tienen los impuestos en ese servicio.
En Capital Federal, la carga tributaria que se aplica sobre el consumo neto de gas, es de 30,3%, precisa la investigación del Iaraf. Retomando nuevamente el ejemplo de una boleta con un consumo neto equivalente a $2.000, se deduce que los impuestos obligarían a pagar otros 606 pesos.
De ese monto, el 69,2% está explicado por el IVA ($419,3), el 14% por Ingresos Brutos ($84,8) y el 13,2% por el fondo fiduciario ($78). Los otros $23,9 corresponden al Cheque y la tasa de ocupación de espacios públicos.
Entonces, sobre una factura final de gas de $2.606, los habitantes de CABA pagan un 76,7% por el consumo y 23,3% por la carga tributaria.
Al igual que ocurre con la luz y el agua, las facturas de gas tienen mayor peso impositivo sobre las provincias del interior. Según el informe, los hogares deben pagar un 35% más por la carga tributaria que se aplica sobre el consumo. Si se consume una cantidad de m3 equivalente a $2.000, entonces, se deberán abonar otros $700 por el cobro de impuestos.
De los $700 del ejemplo, el 60% está explicado por el IVA ($420), el 11,4% por el fondo fiduciario ($79,8), otro 11,4% por los impuestos provinciales específico (($79,8) y un 10,4% por IIBB ($72,8). Los otros $47,6 corresponden al Cheque, al TISH y al tributo municipal específico.
De esta forma, el monto final a pagar queda en $2.700, de los cuales el 74,1% se atribuye al consumo en sí y el 25,9% a la carga tributaria.
Fuente: INFOBAE