El FMI aprobó el acuerdo con Argentina
El acuerdo, que sigue a un acuerdo de principios de marzo, marca el programa número 22 del FMI para Argentina desde que se unió al Fondo, en 1956. Reemplaza un programa fallido de $57 mil millones tomado por el -por entonces- presidente Mauricio Macri de 2018. Fue el más grande en la historia del Fondo y Argentina todavía debe más de $40 mil millones.
Reducir el déficit fiscal, elevar las tasas de interés y recortar los subsidios a la energía son las demandas centrales del acuerdo, que, aseguran, no exige reformas laborales o de pensiones.
La reunión de la junta ejecutiva llegó a un acuerdo por consenso en lugar de una votación. La reunión se produce después que el Congreso firmara el 17 de marzo el aspecto financiero del acuerdo, no las políticas que se espera mantengan la economía en marcha y la deuda sostenible.
A través de un comunicado, el Fondo Monetario Internacional confirmó la aprobación del acuerdo alcanzado con la Argentina por el refinanciamiento de los US$45.000 millones, pero advirtió que los riesgos del programa son “excepcionalmente altos” y una “recalibración” será necesaria pronto. El organismo internacional dijo además, que “un fuerte consenso político y social es clave para sostener la implementación de la agenda”.
“Los riesgos para el programa son excepcionalmente altos y los efectos secundarios de la guerra en Ucrania ya se están materializando. En este contexto, la recalibración temprana del programa, incluida la identificación y adopción de medidas apropiadas, según sea necesario, será fundamental para lograr los objetivos”, advirtió la directora del organismo, Kristalina Georgieva.
Aunque admitió que está en marcha una “recuperación económica y del empleo”, la titular del organismo internacional advirtió que la “Argentina continúa enfrentando desafíos económicos y sociales excepcionales”, entre los que destacó un “ingreso per cápita deprimido, niveles elevados de pobreza, inflación alta persistente, una pesada carga de deuda y bajos amortiguadores externos”.
“Un fuerte consenso político y social es clave para sostener la implementación de la agenda de reformas, incluso a mediano plazo, lo cual es esencial para abordar las vulnerabilidades de larga data del país”, señaló Georgieva, según el comunicado de FMI, en medio de la feroz interna que atraviesa al oficialismo.
La Argentina y el FMI cerraron un acuerdo de facilidades extendidas con un período de gracia de 4 años y medio. Los primeros pagos se efectuarán desde 2026 y hasta 2034. El primer desembolso del FMI llegó este mismo viernes con la aprobación del directorio del organismo y rondó los US$9.700 millones.
El Gobierno nacional canceló el vencimiento de US$2700 millones que originalmente operaba a comienzos de la semana y que fue pospuesto hasta el 31 de marzo. El resto del desembolso se destinó a engrosar las menguadas reservas del Banco Central.
“Celebro la aprobación de nuestra Junta Ejecutiva del nuevo programa la Argentina. El programa establece objetivos pragmáticos y realistas, junto con políticas creíbles para fortalecer la estabilidad y comenzar a abordar desafíos profundamente arraigados. Espero su fuerte implementación”, sostuvo la directora del Fondo a través de su cuenta de Twitter.
“Los directores subrayaron la importancia crítica de reducir la persistente alta inflación y reconstruir las reservas internacionales. Para respaldar esto, enfatizaron la importancia de poner fin al financiamiento monetario e implementar el marco de política monetaria mejorado para generar tasas de interés reales positivas y alentar la demanda de pesos”, señaló el comunicado del FMI.
De acuerdo a lo informado por el organismo, los directores también reconocieron los “riesgos excepcionalmente altos” del programa, “destacaron la importancia de mantener un tipo de cambio real competitivo”, pidieron “mejorar la gobernanza, incluso impulsando la eficiencia y la transparencia del gasto público” y “reformas estructurales que aborden las vulnerabilidades estructurales de larga data de Argentina”.
“Resaltaron la importancia de fortalecer el mercado de deuda en pesos domésticos; mejorar la sostenibilidad y la eficiencia de sectores clave, incluida la energía; y promover la inclusión laboral y de género”, comunicó el organismo.
Los directores señalaron que “la elevada exposición durante un período prolongado crea importantes riesgos financieros y de reputación para el Fondo. Dado que estos riesgos no pueden mitigarse por completo a través del diseño del programa y la planificación de contingencias, los directores acordaron que se necesitarán juicios finamente equilibrados al evaluar las compensaciones difíciles que probablemente surjan durante la vida del programa”.