“Dejen de apretar a los Gobernadores y busquen acuerdos”
El presidente Javier Milei amenazó con “dejar sin peso” a las provincias si los diputados que responden a los gobernadores no acompañan el capítulo económico de la Ley Ómnibus y el rionegrino Alberto Weretilneck le salió al cruce: “Dejen de apretar y busquen acuerdos grandes para avanzar como sociedad. Dejen de lado la confrontación y busquen consensos”, escribió en su cuenta de la red social X.
El gobernador de Río Negro, que negó que las provincias sean las responsables el déficit de la Argentina, calificó de “agravio” a los dichos del Presidente y advirtió que no va a aceptar “ningún tipo de apriete”. “Saquen de su cabeza vernos de rodillas”, aseveró.
Weretilneck forma parte de la Liga de gobernadores patagónicos y de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI), ambas rechazaron varios artículos de la Ley Ómnibus, entre ellos, la suba de retenciones y los que tienen que ver con la potestad de las provincias sobre sus recursos naturales.
“Nuestra República se formó por la unión federativa de las provincias. El federalismo es un principio fundamental de la organización política de la Argentina”, dijo.
“Los gobiernos provinciales garantizamos servicios esenciales como la seguridad, la salud y la educación. Es una falacia decir que las provincias somos responsables del déficit fiscal de la Argentina. Nosotros no somos responsables. Recibir este tipo de agravios del Gobierno Central es muy triste y molesto. Desde el interior no vamos a aceptar ningún tipo de apriete: vamos a defender a Río Negro y a las provincias patagónicas”, le respondió Weretilneck.
La dura respuesta de Pesatti. "Lo que dijo el presidente Milei hoy es una provocación absoluta y lleva el país hacia extremos del que podría resultar muy difícil volver", remarcó el vicegobernador de Río Negro, Pedro Pesatti.
"Si el Presidente de la Nación amenaza con dejar a las provincias sin los recursos fiscales que le corresponden, las provincias, como las patagónicas, podrían dejar al gobierno nacional sin petróleo, sin gas y sin energía hidroeléctrica", añadió el vicegobernador del partido provincial Juntos Somos Río Negro, que en el balotaje apoyó al ex candidato Sergio Massa.
Tras el duro mensaje, Pesatti, que antes fue intendente de Viedma, matizó: "Pero llegar a eso sería poner a la Argentina al borde de la disolución nacional o de una guerra civil y es lo que el Presidente debiera considerar antes de expresarse con semejantes niveles de violencia al utilizar la amenaza como método".
"El tiene todo el derecho del mundo de mandar una ley ómnibus y pretender que el Congreso se la apruebe sin que los parlamentarios le modifiquen un punto o una coma. Pero también tiene el deber, como presidente de una república democrática, de aceptar la decisión que el Congreso tome, aunque no le guste", concluyó.
El fuerte intercambio se da después del cruce entre diputados y el ministro de Economía, Luis Caputo. Tras la firma del dictamen de oficialismo, con muchos apoyos en disidencia, el ministro lanzó una advertencia que fue tomada como amenaza por los gobernadores.
Ley Ómnibus: las amenazas complican la negociación. El Gobierno nacional volvió a advertirles a los mandatarios que si sus diputados no aprueban los capítulos económicos del proyecto, el ajuste lo sufrirán sus provincias. La negociación sigue, pero los bloques dialoguistas ratificaron que harán caer en el recinto artículos como la suba de retenciones.
Cuando parecía que el principio de acuerdo entre el Ejecutivo nacional y los gobernadores para aprobar parcialmente la Ley Ómnibus podía traer algo de distensión política, terminó sucediendo todo lo contrario. El Gobierno nacional insiste en cargar públicamente contra los mandatarios provinciales, que se resisten a acompañar con sus diputados una suba de retenciones o un posible ajuste a los jubilados, entre otros artículos del paquete de reformas.
Pero también crece el enojo entre los gobernadores de distinto color político, donde califican la ofensiva nacional como “contraproducente”, entienden que el Ejecutivo busca un “chivo expiatorio” y advierten que las tensiones y el desgaste complican a un más la discusión del megaproyecto en el Congreso, y no modificará el rechazo de puntos clave.