El campo apoyó el “dólar soja” pero insiste que la brecha es muy alta
“Hasta ahora cobrábamos un tercio y ahora recibiríamos la mitad del precio internacional”. Ese es el cálculo que hacen los productores sobre el nuevo “dólar soja” que anunció el ministro de Economía, Sergio Massa. Con un tipo de cambio especial a $200, el precio de pizarra en las distintas bolsas granarias del país oscilaría entre 70.000 y 75.000 pesos por tonelada.
Massa destacó que esa mejora de entre 35 y 40%, respecto del valor de $52.000 al que se comercializó la oleaginosa este viernes, equivaldrá a “retenciones cero” durante septiembre. A ese valor de la soja en el mercado interno se llegaba al descontar las retenciones del 33% del precio FOB asociado al valor internacional, en dólares. Y tomando como cálculo el tipo de cambio oficial a $145. Por eso, en el último tiempo se hablaba de un “dólar-soja” efectivo a $90, por los $145 del tipo de cambio oficial menos las retenciones (derechos de exportación).
Ahora, como el tipo de cambio se estableció en $200, aunque las retenciones siguen vigentes, el ministro hizo esa equivalencia. Porque, descontados del nuevo valor ofrecido los derechos de exportación, por la soja se recibirá un tipo de cambio de $135, similar a la cotización oficial de la moneda norteamericana sin retenciones.
Por ello, ahora el acento en la crítica desde el campo es que los $70.000 o $75.000, que planteó Massa, todavía representan menos de la mitad del equivalente al valor internacional. Con una cotización en Chicago en el orden de los US$550 y tomando el dólar blue o los dólares financieros que hoy cotizan entre $280 y $285,, la cuenta daría $155.000 por tonelada de soja.
La mesa de enlace no tomó una posición sobre la operatoria y ninguno de sus cuatro principales dirigentes estuvo presente en el acto realizado en el ministerio de Economía. Los presidentes de Federación Agraria, Sociedad Rural, CRA y CONINAGRO indicaron que cada productor evaluará si le conviene o no aplicar la nueva medida.
Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), consideró que “si bien representa una mejora en el valor del producto, está lejos de acercarse al precio internacional como pasa en países vecinos como Uruguay o Paraguay”, que siguen las referencias de los precios internacional con foco en la bolsa de Chicago.
La posibilidad regirá desde este lunes 5 hasta el 30 de septiembre y será de adhesión voluntaria, en el marco de las compraventas habituales entre productores, acopiadores y plantas industriales de molienda y exportadores.
“Esta nueva condición es una mejora significativa que, aunque sea temporal, tendrá un impacto directo en el precio de la soja en el mercado interno”, evaluó Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA- CEC). Y afirmó que “la decisión de venta de soja está siempre en manos del productor, y será él quien decida cuándo vender, entendiendo que en esta oportunidad el tipo de cambio va a durar únicamente hasta fin de mes”.
El vicepresidente de CONINAGRO, Elbio Laucirica, opinó que la medida “representa una mejora” pero destacó que “queda ahora en manos del productor la decisión de vender o no. Con el correr de los días y en la medida que se vayan realizando operaciones, podremos tener un panorama más preciso sobre esta medida”.
El presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Miguel Simioni, subrayó que la adhesión es voluntaria y “seguirá la lógica del mercado. El resultado de esta medida coyuntural y temporal hasta fin de septiembre, por la situación que atraviesa el país, dependerá exclusivamente de la decisión de los productores, quienes seguramente evaluarán el comportamiento del mercado y definirán si aprovechan o no esta ventana de tiempo para liquidar con un tipo de cambio diferencial”.
Laucirica estimó que los agricultores que tengan necesidades financieras para costear la actividad agropecuaria, que necesiten comprar insumos y afrontar gastos de siembra “van a acceder a este mejor precio”. Y ponderó que se incluya en este nuevo esquema a los actores de la cadena granaria que entregaron granos con precio a fijar.
Con todo, para solucionar la situación a fondo, Pino propuso “un dólar único, sin brecha, que es algo que necesita todo el sistema para poder funcionar correctamente”. Y planteó inquietudes sobre lo que pasará el 1° de octubre. Y dijo que este cambio temporal “no es justo con los que, por ejemplo, vendieron la semana pasada”.
El presidente de Federación Agraria, Carlos Achetoni, coincidió en que “debe haber una única paridad y no una mejora para un producto nada más, porque esto “tal como le expresamos a Massa en las reuniones que mantuvimos, se trata de una medida que, para intentar resolver una necesidad coyuntural del Estado, vuelve a brindar beneficios a los mismos actores de siempre”.
Y Achetoni fue crítico sobre la medida: “Una vez más, pese a que nos mencionó en su presentación como posibles destinatarios de un supuesto programa, los pequeños y medianos productores y las economías regionales no somos destinatarios ni beneficiados por las políticas públicas anunciadas”.