BCRA impulsará tasas positivas y anticipó que se termina el viento de cola
Los analistas de mercado le vienen pidiendo al Banco Central una señal de endurecimiento y de suba de la tasa. Y todo apunta a que tal señal llegará en 2022.
El Central emitió un comunicado con sus objetivos para el 2022 en el que destaca que una de sus prioridades de política monetaria es: «Fijar el sendero de la tasa de interés de política, de manera de propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local, y de preservar la estabilidad monetaria y cambiaria».
Ahora, el Central apunta a un sendero de tasa de interés de política que propenda a retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local.
El BCRA indica en el documento que se necesita «construir un proceso que reestablezca la confianza en la moneda local como reserva de valor» y que por ello la autoridad monetaria «entiende que el fortalecimiento de la moneda doméstica, para que actúe como reserva».
Con ese objetivo, señala, «es precondición asegurar la sostenibilidad del régimen cambiario y establecer un sendero de tasas de interés que asegure que los argentinos obtengan rendimientos acordes con la evolución de la inflación y del tipo de cambio».
Según el Central, «lograr este objetivo permitirá potenciar la intermediación financiera y profundizar el mercado local de capitales, sobre los cuales se podrá alcanzar un crecimiento económico sostenible».
Otro de los grandes postulados en materia monetaria es «administrar la liquidez para evitar desequilibrios que atenten directa o indirectamente con el proceso de desinflación, permitiendo que el crecimiento real de la base monetaria acompañe la mayor demanda de saldos reales derivada de la expansión económica y del fortalecimiento del mercado de trabajo».
Por otro lado, el Banco Central menciona entre sus metas cambiarias que va a «preservar los niveles de competitividad externa, readecuando gradualmente la tasa de crawl, en el marco del régimen vigente de flotación administrada al ritmo de la inflación».
En otras palabras, la flotación del dólar oficial apuntará a que el peso no quede rezagado con respecto a las monedas con las que comercia el país.
UNA SEÑAL SOBRE EL CEPO. Otro guiño para el mercado que contiene el documento es el señalar que van a ir flexibilizando las restricciones cambiarias.
Para 2022 plantean una ralentización del crecimiento global, mayores costos de financiamiento externo y menores precios internacionales de las materias primas que exporta la Argentina.
«En la medida que las condiciones macroeconómicas lo permitan, se irán flexibilizando las regulaciones, con el objetivo de mantener en el mediano y largo plazo un conjunto de normativas macroprudenciales compatibles con la dinamización de los flujos de capitales orientados a la economía real», sostiene el informe.
El Central también se propone contribuir al desarrollo de un mercado de capitales, acumular reservas, fortalecer el pago con transferencias, acompañar el desarrollo de innovaciones del sistema financiero y recalibrar los encajes, entre otras metas.
En la parte más analítica del documento, el equipo que conduce Miguel Ángel Pesce reconoce que para 2022 «se avizoran condiciones financieras internacionales menos favorables que en los años previos».
Según el Central: «La dinámica inflacionaria global y las respuestas de política económica que vienen implementando los diferentes gobiernos de países desarrollados y emergentes plantean un escenario que podría contemplar una ralentización del crecimiento global, mayores costos de financiamiento externo y menores precios internacionales de las materias primas, en particular los vinculados a las exportaciones argentinas».
Además, aclara que tampoco pueden descartarse eventuales correcciones en los mercados financieros internacionales, «ante las dispares evoluciones de la economía real frente a los elevados precios de los activos financieros, en un entorno de altos niveles de endeudamiento público y privado».